A pesar del avance democrático, los mexicanos están descontentos con la forma de gobierno

“Sin sociedad civil la impunidad aumenta”, advirtió José Woldenberg en el auditorio Salvador Allende del CUCSH

El estancamiento económico, la violencia criminal, la corrupción y la escasa participación ciudadana, entre otros aspectos,  han provocado que la sociedad esté desencantada con la democracia en México, afirmó José Woldenberg, investigador de la UNAM, al dictar una conferencia en el Congreso Internacional de Ciencias Sociales que se desarrolla en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
 
Woldenberg explicó, en el auditorio Salvador Allende, que en anteriores décadas las elecciones eran sólo simulación, no había pluralidad política, ni espacios para la sociedad civil; hoy todo eso ha mejorado, pero la gente no se siente satisfecha.
 
“Hay un sentimiento de hartazgo para con los partidos, los políticos y los congresos, que son instrumentos fundamentales de un régimen democrático. Basta salir a la calle para darse cuenta. Ante ese malestar se puede responder que la democracia no es ni pretende ser una varita mágica. Más bien, tiene dos objetivos fundamentales: la coexistencia pacífica de la diversidad política y posibilitar el cambio de los gobernantes”, puntualizó.
 
Woldenberg enumeró doce causas por las cuales, desde su punto de vista, la gente está desencantada con la democracia en México: el antipluralismo, la infravaloración del tránsito democrático, los gobiernos de minoría, el déficit de orden democrático, las complejidades genéticas de la democracia, el déficit de ciudadanía y sociedad civil, los partidos políticos, los medios de comunicación y su discurso antipolítico, la  pobreza y desigualdad, el estancamiento económico, la corrupción y la violencia criminal.
 
En cuanto al déficit de orden democrático explicó que la democracia, desde su diseño normativo, hace complejo, retorcido y difícil su propio funcionamiento, y eso deja “un sedimento de inconformidad” en la gente. Sobre la participación ciudadana, consideró que aunque las organizaciones de la sociedad civil tienen agendas múltiples y han visibilizado temas que antes eran poco conocidos, la mayoría de la población no participa en los grandes debates nacionales. Aseguró que apenas unos cuantos grupos tienen asociaciones ciudadanas fuertes, pero otros están atomizados y carecen de potencia.
 
“La sociedad civil robusta y el entramado civil democrático se necesitan el uno al otro y tienden a fortalecerse. Sin sociedad civil, la impunidad aumenta”, agregó. Sobre los partidos políticos, consideró el expresidente del IFE que son insustituibles  como plataformas de lanzamiento electoral y guías del debate nacional, pero su forma de operar no contribuye al fortalecimiento democrático.
 
En cuanto a los medios de comunicación, explicó que más bien  “están aceitados para recrear escándalos” y abanderan sin escrúpulo una retórica antipolítica que alienta el odio.  “De acuerdo con esa fórmula reduccionista, (para la prensa) todo es culpa de políticos rapaces, tontos e ineficientes, mientras que la sociedad es un dechado de virtudes”, apuntó.
 
Pero lo más grave son las condiciones de pobreza, desigualdad, estancamiento económico, corrupción y  violencia criminal que persisten en el país. “Nuestra reciente democracia no parece tener impacto. Ese caldero de desigualdades produce  desafecto y distancia con la política pluralista”.
 
Y es que, resaltó, los regímenes políticos son evaluados por su capacidad de resolución de los problemas públicos. Y mientras  que de 1932 a 1982 la economía creció y aunque sus frutos no se repartieron de forma equitativa, sí llegaron a amplias capas de  la población; hoy no se ve forma de salir del agujero y eso desalienta.
 
“El drama mayor de nuestra democracia germinal es que coincidió con el estancamiento económico”, culminó Woldenberg.
 
 
A T E N T A M E N T E
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jal., 15 de marzo 2016

 
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Gustavo Alfonzo